La Guardia Civil cree que El Piojo consiguió ayuda de dentro de la cárcel para su fuga
Moñiz y su hermano huyeron con dos pértigas con cuñas para apoyar los pies y una llave del almacén

Los investigadores de la Guardia Civil tienen claro que Jonathan Moñiz Alcaide, «El Piojo» , y su hermano Miguel Ángel, también butronero y alunicero, contaron con ayuda de algún otro preso (o presos) a la hora de urdir el plan que les permitió fugarse la tarde del sábado 5 de diciembre del penal de Madrid III ... (Valdemoro). Sobre todo, por dos elementos fundamentales: las herramientas que utilizaron para urdir la escapada, habida cuenta de que la investigación interna abierta por Prisiones ha determinado, al menos por el momento, que no se produjeron fallos en los sistemas de seguridad, según ha podido saber ABC.
Los Moñiz Alcaide y el tercer reo, Adrián Muñoz (que fue detenido justo antes de que saltara el muro), se valieron, como informó este periódico, de una suerte de llave creada «ex profeso» para forzar la puerta del almacén conocido como «cuarto de maletas» (al que no pueden tener acceso los presos, aunque sean sus pertenencias las que allí se guardan); una vez dentro y días antes de culminar el plan, serraron los barrotes de la ventana que da a ese primer piso, y dejaron ese espacio expedito. Pero es que, además, la pértiga casera con la que se afanaron para saltar el muro perimetral de 7 metros era, en realidad, una especie de escalera formada por dos láminas altas y con distintas cuñas que utilizaron para apoyar los pies e ir ganando altura. La maleza de concertinas las sortearon con bolsas o mochilas llenas de ropa , según se desprende de las primeras pesquisas.
Por su parte, Prisiones tiene abierta una investigación interna que, según se vaya dirimiendo, se trasladará al juzgado de Valdemoro que entiende del caso, precisaron fuentes jurídicas. Lo habitual en estos casos es la toma de declaración de internos que tuvieron contacto con los fugados (que se encontraban en el módulo 9, más conocido como «Cañada Real» y uno de los más conflictivos del penal); de los funcionarios que pudieran tener alguna responsabilidad sobre lo ocurrido (en ese momento, había uno y otro en prácticas); el visionado de las cámaras de vigilancia ; el chequeo del funcionamiento de las cámaras y de las alarmas (especialmente, las de ondas de detección de movimiento). En este sentido, la investigación interna arroja que no hubo errores técnicos, aunque «queda claro que sí humanos» , destacan las mismas fuentes: «No puede negarse este extremo porque la fuga tuvo éxito». Eso sí, inciden en que esos fallos pudieron ser previos al momento de la escapada ; más bien se corresponderían a que los Moñiz tuvieron acceso a dependencias que evidentemente les estaban vetadas en días previos (se encargaban del «office» de su módulo, como ordenanzas en el economato, por su aparente buen comportamiento). Hay que tener en cuenta, eso sí, que las celdas estaban abiertas más tiempo de lo habitual por el protocolo de Covid-19 establecido en las prisiones españolas.
Estos peligrosos delincuentes siguen desaparecidos , seguramente con ayuda de «colegas»criminales. Agentes uniformados de la Guardia Civil han acudido a los domicilios que tienen (aunque a nombre de familiares con trabajos legales, pues el dinero procede del blanqueo), en El Señorío de Illescas y Seseña (Toledo), donde sus parientes contestaron: «Ni idea de dónde están, nos hemos enterado de lo ocurrido por la prensa» . Tras su rastro se encuentran tanto el Instituto Armado como el Grupo de Fugitivos de la Policía Nacional. Sospechan que ha cambiado su aspecto y quiere huir de España, probablemente a Portugal.
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